No importa si vives en una ciudad grande, mediana o pequeña. Lo más seguro es que si eres fanático del running, la mayoría de las ocasiones tengas que correr sobre concreto, ya sea corriendo pegadito al filo de las calles o porque das vueltas a la cancha de básquet del barrio. Incluso, porque en el parque más cercano las áreas verdes son pequeñas y están destinadas para árboles y arbustos que impiden correr sobre el pasto, y la pista destinada para los runners también es una carpeta de concreto.
Correr sobre la más dura de las superficies no es la mejor estrategia para los corredores aficionados, quienes constantemente se exponen a lesiones porque la fuerza de choque del pie contra el suelo puede ocasionar desde calambres musculares hasta fracturas por tensión, y sin embargo, es paradójico que las superficies de concreto son justamente las más prácticas para correr en términos de inmediatez: basta con abrir la puerta, salir y comenzar a trotar.
Si bien es cierto que las superficies de concreto presentan algunas ventajas como la de ser una superficie idealmente estable y lisa que disminuye los riesgos de caídas o tropezones por baches o desniveles y porque ayuda a incrementar de manera gradual y controlada tanto la amplitud de la zancada como la velocidad promedio del trote, enfrentarse a ella requiere de algunos cuidados especiales que debes de tomar muy en cuenta.
Prepárate para la dureza
Primero, ya que el impacto sobre rodilla y cadera es grande, existe un riesgo latente de lesionar la cadera y espalda si la técnica en la carrera no es la adecuada, pues el primer error es caer de lleno con todo el peso sobre el talón, por lo que trabajar la entrada en la pisada es fundamental.
Es importante invertir en un buen par de tenis. No creas que con cualquier calzado puedes correr como si nada. Los mejores modelos para running cuentan con tecnologías especialmente desarrolladas para el diseño de zonas estratégicas como contrafuertes, entresuelas y punteras, así que no lo veas como un mero gasto por vanidad, sino como una inversión para tu salud hoy y a futuro.
Alterna las rutas donde llevas a cabo tus entrenamientos. Sí, ya dijimos que lo más común y práctico es correr en asfalto, pero también es sano probar superficies más suaves, como grava o pasto, por lo que es recomendable que cuando menos los fines de semana procures huir a un parque, zona natural o alguna pista especializada que te brinde mayor confort en tu práctica.
Fortalece tu musculatura del tren inferior con ejercicios específicos y cuando menos dos veces a la semana, dedícale rutinas a la zona del core para lograr una mayor estabilidad y fuerza en abdomen, lumbares y músculos adyacentes a la columna.
Toma todo esto como una terapia de descanso y relajación complementaria a tus kilómetros habituales sobre asfalto, verás que tus pies y piernas te lo van a agradecer.